Como dice Charly García, lunes otra vez sobre la cuidad, la gente que vez vive en soledad. Son seis para las once de la mañana. Dentro de cinco horas me voy a reunir con un grupo de futuros colegas al frente del pabellón A. En aquella rotonda en donde el jueves pasado un grupo de marcianos rastafaris azules tokaban una especie de fusión de Jazz y Ska. Todavía recuerdo a mi futuro profesor de guitarra, curso que habré de llevar después de Semana Santa, una cara de tarado tremenda. Cada persona reunida en esa sala quería, aparentemente, romperle la cara. La presentación de ese taller empezó sosa, muy aburrida. Ya quería que se acabara. Tocaba la novena sinfonía de Beethoven (Beto-Vén) para luego, para mi molestia, interpretar la canción de Barney, ese dinosaurio homosexual cuyo programa da sueño. La presentación se puso interesante cuando emepezó a interpretar una canción de un brasileño llamado Celso.
Todavía nose que esperar de este curso. Mientras, me dejan muchas lecturas en la universidad. Hasta ahora son tres libros. Voy una semana. Si faltan cuatro meses para acabar el ciclo, quiere decir que leere 48 libros aproximadamente. La universidad es un poco intimidante. Felizmente me gusta leer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)







1 comentario:
oe cojudo
el taller de guitarra
de la san burrin es una
kagada
m imagino el de la UPS!
tu no eras profe?
:S
conserva?
weno weas
como t dije
kiero tokar
alamoz
Publicar un comentario