El momento de tus palabras y lágrimas

No pude entender porque lo hacías. Guardé silencio. Escuchaba tus palabras. Entendía tu código. Trataba de hacerme el súper hombre. Trataba de ser el hombre de acero. Pensé en pararme. Irme para siempre. For good. Como siempre lo supuse, el viento estuvo presente. Aquel viento que se lleva todo a su paso. Ese conocido gélido viento de invierno. Me quedé sin fuerzas. Me decías sin sentido. ¿Penas? ¿Tu? Si fueras parapléjica, te comprendería. No pude entender porque lo hacías. Guarde silencio. Si hubieras matado a alguien, te comprendería. Pero no cumples ni los más mínimos requisitos. Tú sabes que te quiero mucho. Te odio. Todo se va de mi mente. No puedo negar lo pasado. No puedo borrar lo vivido. No puedo por ningún capricho. No puedo. No quiero. Si me dejas, me quedo sin… sin… todo. Eras lo único real que de cierta forma me pertenecía. Eras más que yo mismo. Ahora que ya sé lo que es estar a punto de perderte, tengo miedo. Más miedo. Más que antes. Existo. Tengo vida y te amo.