Vaciando borradores

Estoy enamorado de tus besos, de tus sueños, de tu mirada. Quiero ser tu amor por siempre, aún con un corazón mal remendado trato de darte todo, todo lo que soy. Ninguno creía, nuestro futuro no existía, la música me ayuda a superarla, la luna vió mis lágrimas y preparó un tragocorto de lamentos ahora liberados. Creo que te perdonaría todo, creo que ni yo mismo lo creo. Creo en la esperanza y su misteriosa fuerza, gracias por herirme de manera hermoza.
¿Porqué no mandas mensajes? Ni siquiera un hola. Van a ser once meses y hasta ahora casi todo sigue igual. Aunquesea me habla por la red. Aunquesea me das la ilusión de que hay algo, de que te importo. Una pata se me hacercó. Me hizo sentir lo que nadie, aparte de ti, había logrado. Pero ella si me manda mensajitos.
Abro mis ojos, palomas volando, miro otra vez, moscas zumbando. Falta quince, grandísima eterndad, madre del señor, la fuerza de tu amor.
Recuerdo tu ojos, tu piel. Aquellas tardes rojas, y Zaira. Nose como llegamos al punto de solo mirarnos. Nose como llegamos la punto de solo odiarnos. El espacio sigue vacío. No solo el de Katy, sino que también el de mi Jimena. A pocos segundos de irse de mi vida, me hizo una promesa. La promesa de llamarme después de las nueve. Más de 42 horas han pasado y sigo esperando a que el inalámbrico suene. Ya perdí la esperanza aunque es verdad que aún quiero abrazarla y contarle lo que me aflije.