Acabo de reafirmar lo que sabía y es que tengo una muy buena relación. Fumando un Malboro rojo, como quién recuerda y recuerda, filosofamos sobre la vida, sobre el perro que nos seguía y sobre la cacheteada de la enamorada de Walter. De hecho durante la noche lo llamé por su nombre de hecho porque no me gusta y me hace recordar al tio que se apellidaba Mercado - viva el capitalismo.
Me sentí bien y me ufané de mi enamorada. Carajo... creo que nunca lo había hecho. Cosas raras y más cosas raras hasta que terminamos hablando de situaciones en las que la hombría es puesta a prueba por irrespetuosos silbadores callejeros. No paraba de decir que vivía un sueño aunque nunca lo dije en esas palabras para, como quien dice, respetar al pobre y despechado amigo que no paraba de entonar que le gritaba la conciencia y que el corazón le decía otra cosa.
Al final, lo único que puedo concluir es que ví a un gran amigo después de mucho tiempo, conocí a un chico proviniente una la providencial provincia y que me gasté un apróximado de 6 soles en aumentarles(y aumentarme) los problemas de pulmón. Suerte en la operación.
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