Olvidado

Mi pajama blanca acaba de ser sacada del ropero; de aquel cajón que la humdeció y ahora abombó. Es rico vivir cómodo y jugar en ciudades con mascotas virtuales en las que el consumismo es la trademark por excelencia y, carajo, hasta te dan premios por comprar, por ser un shophaholic. Y no se que este peor: que me guste y que lo juege, que sepa que no debe gustar y lo juege o que lo juege y que simplemente, lo juege. La thing esta cada vez más complicada y ahora peor que las transnacionales estan hasta en un click. Y claro, lo único que logra es sacarme de mi burbuja que a duras penas he construido; lo único que hace es abstraerme y abstraer a mi ya pequeño círuclo social; alejarlo y alejarme de ellos y dejarme solo frente a un monitor, acompañado de la luz, acompañado de Soledad. Y si ahora que no pasan la voz en tonteras... ¿que puede esperar? Primero la falta del soponcio inmediato y sobre todo, la idea de no soportarme y ahora el olvido. Ja ja ja, el olvido.

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