Si lo dije o lo calle

Si no sabe nada, ¿por qué habla?. Casi te caes. Me reí. Me mofé. Satirice en mi mente tu casi caída. La guitarra se me aproximaba a la mente. Mi papá en el comedor. Escucho a Natalia Oreiro. El, RPP. ¿Eres feliz? ¿Así? De cualquier modo te estimo. Te estimo bastante. Diez minutos. El celular se empieza a apagar. Lo sé por que un sonido que no es del gusto de mi oído me lo avisa. Más tarde te subirás a un micro. Vive más cerca a mi. Vive conmigo. No me gusta estar solo. La carta. Te cortarás. Como siempre. No me quiero acostumbrar. Un pedazo de telgonor y, además de corazón, un punzón hiriente. Mi corazón sangra. Sangra. No para de sangrar. Sufro en silencio. Aunque a veces grite. Grite. Y, ¿quién fué? - Mariano - Calla chancho de mierda. Checho y el Mar - luque. Porcino. ¨¡Oink! Oink... chancho hijo de puta!¨ - ¡Jajajajaja - ¡Culón, tangera, nalgón, poto de vedette! Muerte a los viejos amigos. Te fuiste. Te llamé pero te fuiste. Te lloré. Te lloré. Más Pata para la sopa. El chino. Potón cabro - Calla chino de mierda. Muerte a los traidores. Muerte a ti. Si, si, muerte a ti. Hasta el final. Mi dedo doblado. Mi llanto. Juan Carlos diciéndome que no lo hiciera otra vez. Allá voy. Allá voy otra vez. Mi cabeza. Un golpe. Más lágrimas. Se abre el portón. Las familias entran. Tengo vergüenza. Corro. Corro. Lloro. Corro. Lloro. Me voy. Me lavo. Me arreglo. Recolecto mi dignidad desperdigada por el patio de piso verde en donde un patadón puede dejar sin pelota a una sección. Me voy.