Salí en busca del asesino precario.
En el camino me encontré con Daniel.
Me mandó rapidito a la mierda.
Salí en busca de un diccionario.
LLegué a una librería.
Justo al frente del parque Kennedy.
Pregunté cuando costaba un pequeña.
Llegué a la conclusión de esas librerías son una mierda.
Salí del camino hasta encontrarme con la matemática.
Ya estaba cansado de tantas palabras rimbombante.
Carajo de tanto cliché y de tan bitcho. La puta de sus madres.
Salí de mi cabeza y concluí que al buscar tanta diferencia
había terminado por ser alguien diferente y muy pero muy cerrado
ante lo rimbombante y cliché. Así como esto.
Pura mierda.
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